Luego de despertarme intempestivamente en la madrugada por un mal sueño, en el cual una de las personas más importantes de mi vida desaparecía de manera poco convencional, me volqué a escribir unas cortas líneas sobre un tema que me mantuvo pensando sin poder conciliar exitosamente el sueño. La causa de tal preocupante manera de esfumárseme el sueño es debido a la forma en cómo desaparecía esa persona en esa pesadilla; y aunque suene un tanto hilarante, para mí no lo es, esa peculiaridad se llama suicidio.
He sido testigo de muchas decepciones amorosas, tanto en carne propia como en papel de “paño de lágrimas”, de todas esas situaciones, en numerosas ocasiones, el tema suicidio fue una opción latente. Es verdad que ante una situación traumática, triste, o simplemente al “no hallar la salida” ante un problema, muchas veces se nos cruza por la mente la posibilidad de acabar con nuestra existencia. No obstante, somos testigos como la cifra de suicidios a nivel mundial viene en aumento, siendo en su mayoría, la causa del deceso situaciones amorosas. Es entones que no pude evitar preguntarme…
¿El amor es suicidable?
¿El amor es suicidable?
Es muy triste ver en los noticieros como a diario en distintas partes del mundo aparecen notas de amores frustrados que expliquen el hallazgo de un cadáver, donde la víctima en un arranque de locura decide quitarse la vida por sí mismo, al no poder hallar la salida ante una situación amorosa en el que se vea involucrado, esto es, relaciones de pareja, relaciones paternales o un amor no correspondido. Escuchamos a diario en las emisoras de radio, historias trágicas, baladas que hablan de desamor, de muerte, de pena y tristeza, de soledad…, pero ¿hasta qué punto estamos dispuestos a poder enfrentarnos al amor con el corazón abierto, sabiendo que hay una gran posibilidad de ser heridos? Y ¿Estamos dispuestos a soportar el dolor que ello nos cause?
Cada día, de mi aún corta existencia, intento ver las situaciones desde la mejor óptica posible, sin embargo, son testigo de cómo el amor se va desmoronando cada vez más, de cómo hay mayor cantidad de divorcios, suicidios, hijos abandonados, soledad y desamor. Es una pena afirmar que el amor en tiempos del hoy, tristemente se suicida ante nuestros ojos, el amor ya no es motivo de dicha plena y perdurable, ya casi nadie lucha por ese amor que no se ve pero sí se siente.
Frases como “El amor cambia”, “Ya no es lo mismo”, “Ya fue”, “’¿Quién? Ahhh…no! , ya no pasa nada”, son tan comunes en nuestro natural devenir, que la verdad no estoy seguro si algún día el amor siga siendo la esencia de la vida como siempre lo fue, o sea en un tiempo un recuerdo que sólo apreciaremos en las historias de los abuelos (que seremos nosotros), ante la mirada atónita de las futuras generaciones con un comentario en los labios “eso era antes … ahora es distinto!”.
Soy un muchacho con visiones de un mejor futuro «algo iluso tal vez» y creo que a pesar de todo el progreso que la humanidad pueda alcanzar, haré todo para evitar el suicidio del amor y sus consecuencias…
Soy un muchacho con visiones de un mejor futuro «algo iluso tal vez» y creo que a pesar de todo el progreso que la humanidad pueda alcanzar, haré todo para evitar el suicidio del amor y sus consecuencias…